ROBIRO OCAMPO
Nacido el 19 de septiembre de 1976, Robiro Ocampo creció inmerso en el arte de la zapatería gracias a la influencia de su padre que dedicó su vida a este noble oficio, fue quien le transmitió esta habilidad a él y a sus hermanos desde una edad temprana. Robiro se sumergió en el mundo de la confección de calzado, aprendiendo gradualmente a crear diferentes tipos de zapatos para el uso diario. Con un camino marcado, Robiro trabajó para diversas fábricas de calzado, convirtiéndose eventualmente durante algunos años en su profesión principal.
A sus 18 años, Robiro experimentó una transformación en su vida al quedar cautivado por los movimientos que presenciaba en concursos realizados en discotecas y festivales callejeros de la ciudad de Medellín como las "Porro Vías" y "Tango Vías". Este encanto lo llevó a tomar la decisión de sumergirse en el arte del baile. Así, comenzó su viaje de aprendizaje en el mundo de la danza, donde se enamoró profundamente de esta forma de expresión y decidió que sería parte integral de su vida para siempre.
Durante su trayectoria en el mundo del baile, Robiro Ocampo observó que los bailarines destacados no solo destacaban por sus habilidades, sino también por lucir trajes elegantes y zapatos especializados para cada estilo de baile. En ese momento, la mayoría de estos zapatos eran importados, ya que era difícil encontrar opciones especializadas en el mercado nacional. Fue este vacío en la oferta local lo que impulsó a Robiro a fusionar sus habilidades en el arte del baile con su profundo conocimiento del arte de la zapatería.
El resultado de esta fusión fue la creación de sus primeros zapatos de baile, que rápidamente se convirtieron en un gran éxito. Su destreza y dedicación no pasaron desapercibidas, y la compañía de baile a la que pertenecía inicialmente expresó interés en que Robiro confeccionara sus zapatos. La demanda no se detuvo allí, ya que pronto los alumnos y alumnas de la compañía también deseaban sus exclusivos diseños.
El boca a boca sobre la calidad y la artesanía de los zapatos de Robiro se extendió rápidamente entre la comunidad de bailarines, llevando a que bailarines de otros países lo buscaran para confeccionar sus propios zapatos. Este reconocimiento internacional y la creciente demanda llevaron a Robiro Ocampo y su esposa Sandra Ruiz, quien fue su compañera de baile desde el principio, a dar el paso más importante de sus vidas, fundar en el año 2002 su propia fábrica de zapatos exclusivos para bailar, a la que llamaron D’Raso. Desde entonces, D’Raso ha sido sinónimo de calidad y elegancia en el mundo de la danza, creando zapatos únicos que fusionan la pasión por el baile y la artesanía.
Desde entonces, Robiro ha demostrado un compromiso duradero con el mundo de la danza, llevando consigo la pasión y la dedicación que lo caracterizan.
Como bailarín apasionado de tango, Robiro Ocampo Gallo ha dejado una huella duradera en la escena de la danza desde el año 1997, consolidándose como bailarín, instructor y coreógrafo profesional. Su profundo compromiso con la excelencia en el arte del tango se refleja en su amplia formación en diversas disciplinas de la danza.
A lo largo de su carrera, Robiro ha enriquecido su experiencia al integrarse en varias compañías de tango y participar activamente en prestigiosos festivales a nivel nacional. Su destreza y pasión por la danza lo llevaron a alcanzar el primer puesto en la categoría de tango salón en el Campeonato de la Feria de Manizales en 2011, así como a destacarse como finalista en el Campeonato Mundial de Tango en Buenos Aires, Argentina, en 2005 y 2011.
Entre sus logros notables, Robiro obtuvo el primer puesto en el Festival Internacional de Tango de Medellín en 2017 y el primer puesto en la categoría “Campeón de Campeones” en el Festival Nacional de Tango de Santafé de Antioquia en el mismo año.
En la actualidad, Robiro Ocampo lidera con maestría su propia empresa, dedicada a la creación de calzado exclusivo para bailarines, fusionando su experiencia en la danza con la pasión por brindar herramientas de alta calidad a la comunidad de bailarines de tango. Su contribución continua al mundo del tango demuestra su compromiso constante con la excelencia y su influencia positiva en la escena de la danza.